viernes, 28 de septiembre de 2012

Película Entre Muros


¿Qué pasa cuando un joven no encuentra, ni en la familia ni en la escuela, puntos de orientación, contención emocional o un marco de relaciones que le permitan un desarrollo intelectual y emocional adecuado?
El aula es espejo de una sociedad marcada por los problemas ligados a la inmigración –diferencias lingüísticas, culturales, religiosas, emocionales–. Allí los docentes se encuentran tironeados entre el deseo de atender –y entender– las demandas de los alumnos y la necesidad de enseñar ciertos contenidos disciplinares y de cumplir con las exigencias institucionales, cuyo ritmo de cambio no se adecua fácilmente a lo que ocurre más allá de los muros.
Los cuestionamientos de los chicos encuentran siempre el camino para “meter el dedo en la llaga”, para detectar con agudeza las debilidades de los adultos y del sistema, y buscan expresarlas, ya sea con timidez o con insolencia.
Una de las escenas más notables de la película corresponde al diálogo que prepara la producción de un autorretrato. Cuando el profesor intenta indagar sobre la resistencia de los chicos a hablar de sí mismos surgen planteos como: “Usted nos pregunta para que hablemos, pero no es verdad”, explica una de las chicas. “¿Qué cosa no es verdad?” –pregunta Marin–. “Que le interese saber de nosotros..” es la franca y dura respuesta. A partir de allí, se plantea una conversación de una enorme riqueza acerca de la privacidad, el pudor, el temor al rechazo que todos ellos padecen.
En la bilbiografía de Canclin encontramos explicaciones a esta manera de vivir y actuar al parecer a veces inentendible pero que al avanzar en sus lineas vemos como tanto jóvenes como adultos se encuentran viviendo en un mundo de incertidumbre, de la inmediatez donde nada ni nadie logra "rellenar" ese vacío que presentan las nuevas sociedades.
Estas circunstancias se ven reflejadas claramente en el desarrollo de la película en donde la escuela como tal ya no establece un lugar de pertenencia donde todos, en tiempos anteriores, asistían a educarse. Hoy en día es común escuchar reproches a cerca de la utilidad de la educación por parte de los alumnos, es decir ya no la ven como un lugar de integración, más bien como un sitio al cual se ven obligados a ir. 

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